Recuperacion de Ofertorio

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
¡Hasta el momento presente, el 2020 ha demostrado ser un año único y lleno de desafíos! La pandemia de COVID-19 ha alterado nuestro modo de vivir. Todos hemos tenido que enfrentarnos a la enfermedad, la separación, la ansiedad e incluso la pérdida de seres queridos. Muchos se han visto afectados económicamente y conozco a numerosas personas que han perdido sus fuentes de sustento. ¡Ha sido un tiempo difícil para todos! La Cuaresma y la Pascua fueron particularmente dolorosas para mí, y sé que también para ustedes, ya que no pudimos reunirnos para celebrar el culto durante los días más solemnes de nuestro año litúrgico. Estoy muy agradecido de que hayamos podido reanudar la celebración pública de la Eucaristía en todas nuestras parroquias, siguiendo las indicaciones del CDC de guardar la distancia social, usar máscaras sanitarias y lavarnos las manos con frecuencia.
A medida que el mundo sigue enfrentándose a los efectos económicos y sanitarios de la pandemia, nos vemos obligados a continuar con nuestros planes aún cuando estamos ante un futuro que sigue siendo muy incierto. Como se pueden imaginar, uno de los efectos del “cierre” cuando no podíamos reunirnos públicamente para el culto, fue la pérdida de ingresos para la parroquia. Nuestras parroquias dependen de la colecta del ofertorio para llevar adelante la misión de la Iglesia, lo cual implica necesariamente el pago de facturas como salarios, servicios públicos, mantenimiento y la realización de programas esenciales. Su generosidad hacia su parroquia es ahora más necesaria que nunca. Ya sea que hayan donado electrónicamente en línea o hayan enviado su sobre semanal a la parroquia, su párroco y yo les estamos profundamente agradecidos.
Su párroco y la administración parroquial pronto los pondrán al día sobre cómo le ha ido a la parroquia durante estos últimos meses. Si bien es posible que ustedes tengan sus propios retos financieros, les pido que tengan en cuenta también las necesidades de su Parroquia.
Además de su contribución habitual, consideren hacer una donación adicional única para ayudar a recuperar el ofertorio perdido.
Renueven o aumenten su Compromiso de Mayordomía para el próximo año y si no han hecho uno antes, consideren hacerlo hoy.
Incluso si no pueden hacer una contribución financiera en este momento, por favor contribuyan con sus oraciones por su Parroquia, por su Párroco y por mí.
Cordialmente en Cristo,
S.E.R. Thomas G. Wenski
Arzobispo de Miami
